La empresa Matu Ki Anga lidera una iniciativa que busca generar un ecosistema de colaboración entre diferentes instituciones y sectores productivos para contribuir al cuidado del medioambiente en la isla y, de paso, estimular la conformación de nuevos negocios. El programa se inspira en el modelo de simbiosis industrial para la transición hacia la economía circular; es decir, ocupar los residuos de un rubro determinado como materia prima de otro rubro y viceversa. Los pilares del proyecto son tres programas: Regenera, Fortifica y Diversifica. Y, además, recibe la colaboración de la plataforma Industria Circular de la Región de Valparaíso.
CRISTIAN GONZÁLEZ FARFÁN
Matu Ki Anga, literalmente, significa “vamos a trabajar” en lengua rapa nui. Y realmente el concepto detrás se lo tomaron a pecho, porque el trabajo inagotable de esta empresa la ha convertido en el motor de la transformación de la isla hacia una economía circular regenerativa y restaurativa, con el objetivo de brindar respuesta a los desajustes del equilibrio medioambiental de este territorio insular.
Nacida de una vertiente de la empresa de turismo hotelero Turismo KYT Limitada, que suma ocho años de trayectoria en la isla, Matu Ki Anga surgió hace tres años para articular nuevos vínculos entre instituciones y personas, y promover un ecosistema de emprendimiento e innovación en Rapa Nui, cuyos problemas de capacidad de carga y de exceso de basura han sido latamente conocidos a través de la opinión pública.
Es Matu Ki Anga la firma encargada de poner en la mesa el programa Rapa Nui Circular, una plataforma que pretende hacer converger a diferentes organizaciones, ciudadanos, rubros y sectores productivos para transitar hacia la economía circular. Según se indica en su propia definición, Rapa Nui Circular busca “concientizar e inspirar a la población con experiencias de instituciones, empresas y emprendedores circulares”. Asimismo, se señala que el programa intenta “acelerar la adaptación de Rapa Nui a los nuevos desafíos del desarrollo sostenible, cambio climático y post covid-19”.
“Veníamos pensando en el tema de la circularidad. Veíamos que todos se preocupaban del bolsillo, pero muy poco de ayudar a la tierra. Por el turismo la cantidad de gente que entra es impresionante. La basura que se genera es enorme. Detectamos esas falencias y empezamos a trabajar como dice el nombre de la empresa. Hay un dato no menor: apenas el 9 por ciento de los residuos son enviados al continente para revalorización; el 91 por ciento restante se va a los vertederos”, analiza Tito Paoa Teao, dueño de Matu Ki Anga.
Los pilares que sostienen a Rapa Nui Circular son otros tres programas gratuitos que Paoa Teao coordina en conjunto con su asesora, también de origen rapanui, Kattyana Muñoz Rapu: Regenera, Fortifica y Diversifica. La tríada de programas permite, desde sus distintas perspectivas, contribuir a agilizar el proceso de circularidad de las empresas en un contexto de escaso conocimiento acerca del tema, mucha informalidad jurídica y poca conversación entre las partes.
“Cuando uno mira algo nuevo le parece como un cuento de hadas. Mucha gente no lo cree, pero a partir de nuestro trabajo, la gente se va a dar cuenta de que le brindará muchos beneficios”, asegura Tito Paoa, quien apuesta por “cambiar el switch de la gente respecto de la economía circular”. En tanto, Kattyana Muñoz apela a que “si las empresas no se mueven hacia la economía circular por el corazón”, entonces “que les mueva el bolsillo”, ya que los beneficios económicos de reutilizar los residuos son muy abundantes.
Eco-simbiosis industrial: el concepto madre
Los tres programas gratuitos que Matu Ki Anga implementa, y que constituyen los pilares de Rapa Nui Circular, tienen diferentes naturalezas y se dirigen a públicos distintos. Por ejemplo, el programa Regenera versa sobre gestión de residuos para efectos de economía circular y también genera estadísticas al respecto, necesarias para cuantificar y adoptar medidas resilientes y sustentables.
En tanto, Fortifica entrega capacitaciones y metodologías a mypes y emprendedores del sector turismo, agropecuario, pesca, arte y cultura para impulsar la instalación de negocios circulares.
Finalmente, Diversifica fomenta la economía regenerativa a través del ecodiseño a mypes: sus beneficiarios son tres mueblerías, tres jugueterías, un taller mecánico, tres empresas textiles y doce de ecodiseño.
La conjunción de estos tres programas tiene un hilo común: la ecosimbiosis industrial como concepto. Inspirado en las reconocidas metodologías Dream Builder y Ecocanvas (del emprendedor Nicola Cerantola, una de las voces más reconocidas en la promoción de la economía circular), Rapa Nui Circular intenta, a través de la eco-simbiosis industrial, trazar líneas de convergencia entre diferentes rubros de la isla. En otras palabras, que un residuo de una industria le sirva a la otra como materia prima y viceversa.
“Hemos analizado como un residuo de un rubro puede beneficiar a otro. De la ganadería por ejemplo podemos obtener biofertilizantes para la agricultura. En la agricultura muchas veces los choclos no se ocupan completos, la mata se seca y va a la basura. También tenemos el caso de los neumáticos acá en la isla. Una parte se va al continente, pero podríamos reutilizarlo acá en el cierre de las marcas perimetrales para la agricultura y ganadería. Por lo general esas marcas acá se hacen con madera y eso ocupa muchos bosques, por lo que el ecosistema de la isla se altera”, explica Tito Paoa, administrador de Matu Ki Anga.
En total, cerca de 60 instituciones públicas y privadas participan de Rapa Nui Circular, pero Kattyana Muñoz aclara que el esfuerzo capital es invertido por el sector privado y, en particular, por su empresa Matu Ki Anga. “Todo ha sido financiado por privados, ninguna ayuda del Estado, de la gobernación o del municipio. Colaboran, pero no con dinero”, apunta la asesora.
Por ahora el trabajo intenso que se desarrollaba en Rapa Nui Circular quedó en receso producto de la pandemia. Pero, del mismo modo, la crisis sanitaria les ha permitido a los emprendedores del turismo reinventarse e indagar más sobre estos temas, al no haber presencia de visitantes. Para Kattyana Muñoz, “lo importante no es solo redistribuir los residuos o que las empresas se circularicen, sino que la economía circular es un concepto que regenera la tierra, concientiza y cuida el medioambiente”.
Las aspiraciones de Rapa Nui Circular son grandes. De aquí a diez años, agrega Muñoz, el objetivo es “revalorizar el 70 por ciento de los residuos que se producen en la isla”. Además, y esto es muy importante, Rapa Nui Circular está adscrita a la plataforma Industria Circular, un proyecto de la Universidad de Valparaíso que busca generar sinergia entre distintas industrias de la Región de Valparaíso para avanzar hacia la consolidación de la economía circular, midiendo el triple impacto asociado a su implementación: ambiental, social y económico.
Esta red podría ser muy importante en un futuro cercano para las industrias de Rapa Nui, de manera que puedan revalorizar sus residuos en el continente y, en particular, en esa región. Y, al mismo tiempo, desde la isla recibir otros residuos y reutilizarlos en sus propios procesos como materia prima secundaria.
“Industria Circular está colaborando con nosotros para visibilizar a nuestra empresa y empresas con residuos que necesitan redistribuir, y otras más que requieren residuos. Sería la puerta de salida para los residuos de acá. Hoy en día aún se ven como basura, pero para nosotros es materia prima valiosa”, concluye Kattyana Muñoz, quien también se encuentra impulsando el ingreso de la planta de reciclaje de la isla -llamada Orito- a la plataforma Industria Circular, a efectos de “revalorizar sus residuos a mayor escala”.
Fuente: País Circular