El concepto de economía circular ha ido calando hondo en el mundo y la industria de la construcción no ha estado ajena. Viconsa y Camporeal, en la Región de Valparaíso, ya están incorporando tareas para alcanzar una gestión sustentable de sus residuos.
El sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje es una tendencia creciente. Por suerte. La crisis climática mundial obliga a construir considerando todo el ciclo de vida de los insumos.
En ese escenario, Valentina Abello y Marianne Mont, investigadoras del Proyecto Plataforma Industria Circular de la Universidad de Valparaíso, dieron una mirada a las buenas prácticas que han incorporado empresas del sector construcción de la Región de Valparaíso, como Viconsa y Camporeal, ya que ambas están formando parte del plan de los casos piloto del proyecto.
A través de este plan se está desarrollando una asesoría a las empresas que participen, en el marco de un modelo de negocios simplificado, con los objetivos detectar oportunidades de valoración de sus residuos no peligrosos, dimensionar el mercado de dicho residuo valorizado, generar reputación corporativa y alianzas estratégicas con stakeholders y disminuir externalidades ambientales y creación de valor regional.
Ambas empresas avanzan a paso seguro por el camino sustentable. Viconsa es la más avanzada y hoy su foco está puesto en el plástico, pues es un residuo muy difícil de gestionar en forma sustentable en una construcción. De esta manera, se están preocupando, especialmente, del ciclo de vida del plástico presente en cascos, lentes, bolsas que llevan clavos, mallas y otros elementos. “Lo más importante era rescatar las entradas y las salidas del plástico, entonces vimos que hay un proceso en la entrada al edificio, luego se utiliza ese material piso por piso y después termina en centros de acopio. Ellos separan el plástico”, explica Abello.
Aunque igualmente, se ocupan de la gestión de la madera, del metal y de la recolección de áridos y residuos explosivos. Este trabajo les ha permitido ver otros beneficios en la obra, como la seguridad y la limpieza. “Una gestión de los residuos independiente de que traiga un beneficio económico, para los prevencionistas de riesgos tiene un valor inmensurable”, señala Marianne Mont.
Por su parte, Camporeal es otra empresa interesada en el apoyo que presta Plataforma Industria Circular en Valparaíso, que está recién comenzando en el camino de la gestión y valorización de residuos.
Ellos adoptaron una interesante práctica en bodega: no entregar la brocha con embalaje para evitar que quede tirado en la obra. “El cambio cultural es clave, porque sin eso no hay gestión de residuos, tampoco se puede hacer economía circular. En el caso de las constructoras, esto tiene un trabajo colectivo enorme, pues son alrededor de 100 y hasta 300 personas las que trabajan en una obra de construcción. Si cada uno de los trabajadores no apoya, no hay economía circular en la obra”, afirma Marianne Mont.